En ocasiones, a pesar de que hayáis tenido más gastos que ingresos, os sale que tenéis que pagar VAT. Esto al principio puede parecer confuso. ¿Por qué tengo que pagar VAT si hemos tenido pérdidas?

Hay que entender cómo funciona el VAT. El VAT (Impuesto de Valor Añadido) es un impuesto que se aplica a tus ventas a clientes Europeos si tu empresa está sujeta a VAT (es decir, si tiene número de VAT). En esas circunstancias se añade o no VAT a las facturas emitidas o recibidas según unas reglas.

En concreto, algunas operaciones están exentas de VAT incluso para empresas sujetas a VAT. En concreto, gastos con operadores extracomunitarios (excluyen VAT), y otras a empresas intracomunitarias con VAT valido (factura a 0% VAT). En esas facturas no se añade IVA, lo que implica que no estáis PAGANDO VAT en esas facturas que os hacen vuestros proveedores.

Por lo tanto, si luego vosotros sí cobráis VAT de facturas que deben incluirlo (como una venta a un particular alemán o Francés), el resultado puede salir negativo.

Un ejemplo muy muy común: vuestra empresa, que tiene número de VAT Estonio, realiza muchas ventas a particulares en la unión Europea (con lo que siempre se añade IVA), pero todas vuestras compras son a empresas Europeas con VAT validos (añaden 0% VAT a la factura) o a empresas de fuera de la Unión Europea (no añaden VAT a la factura). En ese escenario, estáis cobrando un montón de IVA y no pagando nada de IVA, con lo cual siempre vais a tener que pagar la diferencia de ese IVA de más que habéis cobrado, el mes siguiente.

Esto es así aunque vuestros gastos sean 300 veces vuestros ingresos, ya que incluso así no estáis pagando IVA en los gastos.